Tras a detención e
procesamento do inspector de prisións Fernando Lago Búa, máxima
autoridade neste centro penitenciario, e do médico Bustelo, as
autoridades franquistas semellan decatarse, da noite para a mañá,
das múltiples irregularidades que alí se cometían e utilízanas no
proceso militar que se lles instrúe. As pescudas policiais
proporcionan diferente información baixo o formato de “notas
reservadas”, validadas co cuño da comisaría de Vigo.
Unha destas notas
fai referencia a aspectos relacionados coa alimentación dos reclusos
e transcríboa a continuación.
Documentación: Informe comisaría de Vigo. AIMN.Nota reservada. Funcionamiento de la colonia penitenciaria de San Simón.Durante la actuación de los señores Lago Búa y Bustelo, el funcionamiento del Economato ha venido efectuándose de una manera muy deficiente principalmente en lo que se refiere al rancho. Este, en la mayoría de las noches, se componía de berberechos con fideos y agua. En los demás días, así como en las comidas del mediodía era de carne con garbanzos, siendo aquélla de ínfima calidad, pues se trata de vísceras y otros desperdicios de las reses. Hasta el día 7 u 8 del mes actual el peso de la carne consumida, diariamente, oscilaba entre 30 y 35 Kilogramos; a partir de esa fecha, el rancho mejoró notablemente y sobre todo al hacerse cargo el jefe actual ya que la carne era de buena calidad y su peso aumentó hasta la cantidad de 60 a 85 Kilogramos. De todos los víberes (sic) empleados en la cocina, como berberechos, estos de un valor insignificante, legumbres, carnes, etc, se pagaban sin factura original y esto daba lugar a que en los asientos de los libros figurasen cantidades, que en realidad, no han existido. Por el propietario de la carnecería (sic) de Redondela abastecedora del Economato ha sido adquirida la noticia de que el señor Búa escudándose en el cargo que ostentaba, obligaba a vender la carne a una peseta el Kilo cuando su valor era de una peseta con cincuenta céntimos. El señor Búa además, se quedaba con el tabaco y comidas que los familiares de los presos enviaban para éstos, con el fin de obligarles a que consumiesen en el Economato. En éste, se vendía el tabaco con un recargo de cinco céntimos, a excepción de los paquetes de una peseta y diez céntimos, que se vendían a una veinte. El vino que se vende y que es de pésima calidad, es al precio de una peseta el litro. También se vendían botellas de coñac OSBORNE al precio de ocho pesetas con cincuenta céntimos la botella y el vino tostado MARUXA a seis pesetas la botella y Vermout pero este sin poder precisarse el precio.
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