A participación das mulleres na vida pública incrementouse durante a 2ª República; pouco a pouco incorporáronse a ámbitos nos que a súa presencia era mínima. Este era o caso do xornalismo, sobre todo no de tipo político, no que era difícil atopar artigos asinados por mulleres. Por iso parece interesante reproducir hoxe aquí varios parágrafos dun artigo aparecido na portada do semanario republicano Nuevo Heraldo do 2 de marzo de 1935. Este xornal publicábase na vila de A Guarda. O título era: Impresiones femeninas. Las mujeres ante su deber político e estaba asinado por María del Carmen , de quen non coñezo máis datos e ignoro se se trata dun pseudónimo. Sexa muller a autora ou sexa home agochado tras un nome de muller, trátase dun artigo moi interesante porque nos fala da mensaxe que se quere facer chegar ao electorado feminino sobre o papel da muller na vida política e nas futuras citas electorais. En todo o artigo translúcese a consideración do gran papel que tiveron as mulleres de cara á vitoria electoral das dereitas nas eleccións de 1933 e trátase de evitar que volva a suceder.
Comeza facendo referencia a unhas próximas eleccións nas que ás mulleres, por segunda vez, se lles presentará “el caso de conciencia de orientar la marcha de la política nacional. Y en el modo de interpretarlo dará o quitará la razón a los detractores del voto femenino” pois correspóndenlle ás mulleres comparar e reflexionar sobre a conduta e os feitos dos gobernantes nos últimos anos.
Comeza facendo referencia a unhas próximas eleccións nas que ás mulleres, por segunda vez, se lles presentará “el caso de conciencia de orientar la marcha de la política nacional. Y en el modo de interpretarlo dará o quitará la razón a los detractores del voto femenino” pois correspóndenlle ás mulleres comparar e reflexionar sobre a conduta e os feitos dos gobernantes nos últimos anos.
¿Qué dicen a nuestro corazón de mujer, de madre, de compañera? Pues si, como afirmó Michelet, la mujer es un barómetro, sólo por las relaciones de su corazón podrá conocer a los defensores de los intereses del pueblo. ¿Los conocimos aquí? Antes es de creer que una vez más las mujeres sufrieron error al suponer que los que durante siglos fueron azote del pobre, podían ser otra cosa que explotadores sin caridad. Ahora mismo contemplamos el espectáculo de dolor que ofrecen los hogares proletarios, a los que se va despojando de las modestas conquistas obtenidas en un “14 de abril”... [...] Nosotras debemos esa justicia a quienes dan su cuerpo al trabajo y su espíritu a una vida superior, moral y material para todo el mundo. Humana y firme aspiración que sus enemigos tradicionales ahogan bajo la consigna de “orden y paz social”; es decir, orden abajo y desorden arriba, en las esferas superiores del mundo social. ¡Cruel sarcasmo!. Mujeres de España: libertaos de ese fanatismo (no religión) que esclaviza vuestra voluntad y os lleva a dar vuestros sufragios a quienes incumplen los mandamientos de una doctrina que ellos mismos sepultaron tiempo ha, bajo el lujo de sus templos. Mientras en ellos destacó siempre la ambición y orgullo de dominio, el pueblo en absoluta miseria e ignorancia, aprendía que la vida era un valle de lágrimas que nadie tenía interés en dulcificar. Si ese amor a la patria de que tanto blasonan fuese cierto, sería amor al pueblo – no hay patria sin pueblo - y esa realidad nos mostraría al menos la sinceridad de su fe. Pero solo les interesaba el pueblo como cantera de roca viva, como fuerza de explotación sometida a la caprichosa voluntad del mando tradicional y autoritario: religión, familia, propiedad... Y allá, en el fondo, unas masas depauperadas y sometidas, que viven como pueden de lo que queda. A pesar de lo cual el pueblo es lo único que hay aquí con verdadero valor de trabajo, sacrificio y humanidad perdurable. El es el tesoro espiritual de magníficas posibilidades, que un día brillarán al sol en hechos ingentes y grandes debidos a la tenacidad heroica de ese aliento que lleva en sus entrañas, con el cual va forjando reciamente el mañana. Mujeres: desead y luchad por hacer efectiva en nuestra nación aquella frase de Zorrilla: Quiero un pueblo noble y brabo (sic) – que trabaje porque debe – no porque en el trabajo lleve- el yugo vil del esclavo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario