Sobre
o sucedido o 20 de xullo na cidade de Vigo hai diferentes versións,
nesta entrada achegamos, sen poñer nin restar punto ou coma, o que
escribiu, dando
parte dos feitos ás autoridades militares,
quen mandaba as tropas que saíron á rúa aquel fatídico día: o
capitán Carreró.
REGIMIENTO
INFANTERÍA MÉRIDA Nº 35-2º BATALLÓN- 3ª COMPAÑÍA.
A
V.S. dá parte el capitán que suscribe de los incidentes ocurridos
durante la publicación del Bando declarando el estado de Guerra en
esta ciudad.
Salió
la Compañía a mi mando formada desde el Cuartel de la Cárcel,
hasta el de la Guardia Civil de Infantería, situado en la calle de
Urzáiz, seguido de numeroso público que con sus gritos y voces
apenas sí permitían su publicación. Terminada la lectura del
Bando, fué fijado en dicho Cuartel y la fuerza siguió por la Calle
de Colón, para poder dar lectura delante de la Comandancia
Militar, engrosando el público que ocupaba la calle en compacta y
apiñada masa. Hubo en este lugar, como en el anterior, gritos de
diferentes matices, pero no ocurrió mayor alteración y el Bando fué
fijado en el tablón de la comandancia Militar. Siguió la fuerza por
la calle de Policarpo Sanz, para prodecer (sic) a la lectura del
Bando en el tercer lugar señalado para su fijación, y allí el
público que llenaba la calle y que se apretujaba alrededor de la
fuerza, fué aún engrosado con otras masas que bajaban por la Puerta
del Sol y que venían armadas. El Teniente D. José Pavón, procedió
a la lectura del Bando y cuando iba ya ésta mediada, un grupo se
abalanzó sobre el Teniente, rompiéndole los ejemplares del Bando
que llevaba en la mano y diciéndole a gritos que era un Bando
faccioso y simultaneamente varias detonaciones en diferentes
direcciones y arrojando piedras y bombas de mano sin encender sobre
la Fuerza cercada totalmente de público, que no cesaba de gritar
“UHP” y vivas al Ejército Rojo, al tiempo que invitaba a los
soldados a que matasen a sus oficiales. Ordené el toque de atención
al corneta y al momento me ví sujeto por un individuo que trataba de
arrebatarme la pistola en cuyo instante, viendo que el público se me
echaba sobre la fuerza, ordené la apertura del fuego.
El
público ante esta descarga, huyó a la desbandada, dejando caídos
en el suelo varios muertos y heridos cuyo número ignoro.
La
fuerza se retiró por la calle de Galán al Cuartel de la Cárcel con
grandes precauciones, pues desde las bocacalles nos tiraban con
pistolas.
Consecuencia
de estos incidentes, han resultado heridos de mi Compañía, el
Teniente D. Rafael Marcos Torres y soldado Julián Mínguez, heridos
ambos por proyectil y el corneta de Ametralladoras, José Vicente,
por una perdigonada, y roto el mosquetón número 9,738 por una bala
en la caña y completamente retorcido los machetes número 6959 y
7536 por balazos en el acero.
Fueron
recogidos, además de los ejemplares del Bando rotos, las armas
siguientes:
Carabina
MAB nº 22382 calibre 6 m/m; Carabina MAB nº 23552, calibre 9 m/m;
Escopeta de 2 cañones del 16, todas estas armas, en estado nuevo,
pero recién disparadas todas; dos granadas de mano, forma piña, sin
disparar y dos cartuchos del Remington sin disparar.
Es
todo lo que tengo el honor de comunicar a V.S. al mismo tiempo que le
remito las armas, bombas, municiones y bandos rotos, para los efectos
que procedan.
Vigo,
20 de Julio de 1936. EL CAPITAN. Antonio Carreró.
Joaquín
Arrarás na súa “Historia de la cruzada española” engade
dramatismo, tons épicos e
fabulación
á actuación de Carreró:
El
capitán Carreró empieza la lectura del bando que proclama el estado
de guerra...No puede terminar. Un tal Lence, exaltado marxista que se
le ha acercado, le arranca el papel de las manos al mismo tiempo que
lanza vivas a la revolución. Al lado de Carreró estaba su corneta.
Rápido como el rayo, en cuanto vió el gesto del socialista, le
clavó en el vientre la bayoneta armada en el fusil. - ¡Fuego!-
Ordenó entonces el capitán. Sonó la descarga. La confusión fué
horrible y en unos momentos quedó la calle limpia de enemigos, que
abandonaron ocho muertos y muchos heridos.
O
cronista cita, de xeito entrecomillado, un parágrafo que afirma
aparece no parte do capitán e que, como comprobamos no parte
reproducido nesta entrada, non deixa de ser unha “recreación
literaria” de Arrarás, reproducida posteriormente nalgunhas obras
que tratan os feitos: “Me he visto obligado a hacer fuego por haber
sido insultado y agredido. La fuerza ha hecho mucha sangre.”
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