Na
chamada “xustiza ao revés” dos golpistas de xullo do 36, sempre
aparecían nos resultandos das sentenzas e tamén nos alegatos dos
fiscais, unha serie de consideracións que pretendían fundamentar a
consideración de rebeldes que lle atribuían aos defensores da
legalidade republicana. A
liña argumental baseábase en que quen se sublevara en xullo fora o
goberno legal e os seus partidarios e non parte do exército, así,
para os golpistas, o goberno era ilexítimo e responsable do caos e a
anarquía que, dicían, había en España.
Moitos son ben pintorescos, hoxe recollemos dous deles. O primeiro
aparece na sentenza da causa 1077/38, instruída por procedemento
sumarísimo contra sete persoas por un presunto delito de auxilio á
rebelión. Foi ditada en Pontevedra o 23 de febreiro de 1938.
RESULTANDO: Que el dieciocho de julio de mil novecientos treinta y seis, el Ejército Español, recogiendo y haciéndose intérprete del sentimiento Nacional se hizo cargo del Poder que venía siendo detentado por el denominado Frente Popular con su Gobierno perseguidor de lo genuinamente español y que era fiel vasallo de los dictados extranjeros encaminados a destruir el arsenal de virtudes, cualidades y conquistas espirituales de la raza a través de los siglos, viéndose desde el principio el Poder atacado por los españoles marxistas de la anti-patria que aún en algunas regiones hostilizan con las armas y bajo mando militar a las Fuerzas del Ejército mantenedoras de aquél.
O
segundo corresponde á causa 90/39, por rebelión e aparece nunha
sentenza do 28 de maio de 1939.
RESULTANDO: Que contra el Movimiento Nacional iniciado y dirigido por el Ejército, hacia mediados de Julio de 1936, con el fin de rescatar a España del mando de los Gobiernos del Frente Popular que la llevaban a un régimen soviético, se opusieron resistencias exteriorizadas en diversas formas, todas provinentes de un conglomerado compuesto por los elementos adictos y simpatizantes con el Gobierno antinacional, los que, al alzarse en armas contra las tropas Nacionales, convirtieron los pueblos donde pasajeramente dominaron, en un verdadero caos, sin más ley que el crimen y la realización de todas clases de violencias contra las personas y las propiedades.