martes, 1 de septiembre de 2020

O diario de Juana.

 


As primeiras novas que tiven de Juana foron, hai tempo, nun listado de presos e presas do campo de concentración de San Marcos (León); alí aparecía Juana López Rodríguez, modista, 21 anos, de Pontevedra. Tempo despois iniciei unha pescuda polo arquivo de AERLE (León) e no militar do noroeste (Ferrol) e foron aparecendo datos sobre esta galega que as voltas da vida levaran a residir na rúa Portamoneda, número 18, baixo, da capital leonesa. Sabemos que estaba solteira e nacera en Baiona no ano 1916, filla de Ángel e María; a familia residira en Madrid pois unha irmá súa, Carmen, de dez anos, nacera naquela localidade. Tiña familia en Vigo.

Juana militaba nas Juventudes Socialistas Unificadas e no Sindicato de la Aguja; tamén pertencía á Peña Femenina Naturista que, segundo declaran algunhas afiliadas, tiña como finalidade recadar fondos entre un grupo de mulleres para pasar os domingos no campo polo verán. A súa actividade política dentro da sección feminina das xuventudes debeu ser destacada; segundo numerosos testemuños e un informe da Guardia Civil (19-2-1937): “afiliada a las Juventudes Marxistas unificadas, figuraba en todas las manifestaciones, era una de las más activas militantes y siendo peligrosa propagandista en favor del Frente Popular”. Aínda que, ao parecer, non ocupaba ningún cargo, pertencía ao grupo dirixente da organización coa presidenta Teresa Monje, a secretaria Aurelia Ramos Parodia (natural de Carril), Elisa Chamorro Villafañe e outras. Era unha das que vendía o xornal “disolvente” ISKRA.

Detéñena o 9 de febreiro de 1937 e no rexistro que efectúa a policía atopan tres gorros frixios, varias cartas e fotos, recibos da Peña Femenina Naturista e un caderno escrito con tinta e lapis, cunha estupenda caligrafía e moi boa redacción, que titula “MI DIARIO” BAJO EL RÉGIMEN FASCISTA MILITAR”. No interrogatorio recoñece que permanecera na Casa del Pueblo a noite do 19 de xullo, seguindo ordes da Agrupación Socialista Femenina, porque, ao día seguinte, debían “echarse a la calle con los obreros”, que Teresa Monje lle entregara unha pistola que gardou nun caixón e que os gorros eran de seu pai, xa falecido. Ingresa no campo de concentración de San Marcos.

A xustiza militar abre a causa 75/37 contra Juana e Elisa Chamorro Villafañe (outra implicada, Juliana Pérez, foi desimputada polo auditor) por “su intervención en el movimiento revolucionario marxista en contra del Ejército Nacional”. Actúa de fiscal o xuíz de instrución de Ponferrada e de vogal poñente o de La Bañeza, ambos agregados á auditoría de guerra.

Nas conclusións provisionais, o fiscal considéraa unha das máis activas militantes das Juventudes, prestara auxilio aos mineiros asturianos que estiveran en León “ya alzados contra la Patria”, gardara nun caixón a pistola que lle entregaran na Casa del Pueblo “como un tesoro, pues está en el secreto de que al día siguiente a las tres de la tarde los mozos izquierdistas van a lanzarse a la calle para imponer su brutal poderío”. En relación co diario que lle atopan afirma: “Su furia revolucionaria se desfoga escribiendo unas memorias que constituyen una apología del ideario y procedimiento marxistas así como una diatriva (sic) contra la actual organización social”.

O 16 de xuño de 1937 ten lugar o consello de guerra, en procedemento sumarísimo, por auxilio á rebelión, presidido polo tenente coronel de Cabalería Luis Salas Caballero. O defensor adopta os habituais argumentos exculpatorios de que as inculpadas non son máis que unhas vítimas das teorías marxistas e que, de existir un delito, o de Juana sería de inxurias. Foi condenada a 30 anos de reclusión; en 1943 conmútanlle a pena pola de seis anos e un día.

O diario escrito por Juana achega unha valiosa descrición do sucedido en León os días do golpe militar, a estancia dos mineiros asturianos e a saída dos militares ás rúas cando aqueles abandonaran a cidade. Pero o máis interesante, ao noso xuízo, é a visión de Juana sobre os feitos e sobre a sociedade inxusta contra a que loitaba. Achegamos algúns dos seus parágrafos:

Día 19 de Julio. Día dichoso: el cual quedará grabado en el corazón de todo buen proletariado. León tomado militarmente por los compañeros de lucha, los asturianos. Esto para mi conciencia de buena socialista no lo debía de decir por tenernos que dar un poco de vergüenza que compañeros de fuera tengan que venir ayudarnos a defender la capital de León y hay más todavía, nosotros con los brazos cruzados viendo como obraban los camaradas. En lo íntimo de mi conciencia tengo un poco de indulgencia para conmigo y comprendo que la vergüenza no me tiene que dar a mi ni a mis compañeros dirigentes sino a esos señores que se tienen por republicanos... La representación del Frente Popular no quiso dar armas por ser temprano. ¿Para qué era temprano? ¿para hacer la revolución no se habían levantado en protesta contra el Gobierno Burgos las milicias de Madrid? ¿Por qué no hacer nosotros igual? Pero no, era mejor esperar a que el fascio se echara encima y nos cojiese desprevenidos como así sucedió desgraciadamente.


Critica que as autoridades leonesas non quixeran armar o pobo.

Parece que les veo [os asturianos] apiñados en las camionetas (Pálidos, pero contentos) con las caras y las miradas sedientas de venganza, pero con los corazones henchidos de la alegría porque por fin iban a lograr sus anhelos de venganza ¡vengaros! Qué bonita palabra cuando el corazón está impregnado de dolor y amargura por sabotajes y presiones como las sostuvieron estos bravos hombres por espacio de muchos años. Qué alegría poder llegar, por fin, a vengar a los que sufrieron y murieron soportando las injusticias de los convencionalismos sociales. Van a luchar por la libertad, van a luchar para crearse un porvenir que no ponga trabas a la fuerza arrolladora de la inteligencia obrera que es bastante más fecunda y rica que la del burgués porque sabe de las desdichas de la vida y la amargura de un día sin pan....

Cando os asturianos marcharon despedíronse de Teresa Monje e de Juana cunha frase que sería profética: “cuando nosotros nos marchemos os comerán el alma”. Conta Juana que o día 20, na Casa del Pueblo, Teresa Monje dirixe a organización das afiliadas:

Alguien dijo: “Yo tengo miedo” ¿ Miedo a qué? A las balas no hay que tenerlo, hay que tener más miedo al porvenir que se nos preparaba si se nos hechaba encima el terrible fascio. Una bala siega una vida, mueres y no vuelves a sentir más; pero vivir soportando humillaciones y vejaciones de los burgueses innobles que se están enriqueciendo a costa del sudor de nuestros padres que tienen que exponer sus vidas en trabajos rudos para que un señor tenga coche y se pasee mirando y riéndose de nosotros por nuestro espíritu poco rebelde para decirles ¿qué más privilegio posee él más que nosotros? Ninguno porque todos estamos dotados de inteligencia, más o menos fecunda todos la poseemos: ¿pues entonces por qué esa diferencia de unos a otros? ¿Por qué mientras los hijos de los señoritos tienen buenas ropas, buenas comidas, buena educación el obrero el hijo del tiene que dedicarse desde muy pequeño a trabajos impropios de su edad porque su padre no gana lo suficiente para mantener la casa, falto de lo necesario no poderles dar la educación (si llaman educación a la serie de prejuicios en que esta sociedad exije que se nos eduque). ¿Instruírse el obrero? ¿para qué lo necesita para tirar de pico no le hace falta, es mejor que no sepa y permanezca en la ignorancia para así poderles engañar mejor. [...]

Me quedé absorta en muda contemplación y por mi imaginación pasaron como un relámpago las noches pasadas, las fatigas, los sobresaltos y más que nada los hermanos nuestros que sabía estaban refugiados allí [na Casa del Pueblo tras a saída dos militares á rúa] sin un arma, sin una defensa, nada más que el cobijo que les daba la que aún era su casa, cobijo que sabían que poco les iba a durar, pero yo veía con amargura y rabia concentrada que estábamos sufriendo una derrota, la más grande y que la fuerza mayor era del Ejército, maldito Ejército y malditos todos los que hacen causa común con el clero y el capitalismo. Creo que lloré de rabia y de coraje pensando esto, y me subía la rabia a la boca entraban ganas de gritar y protestar de la canallada que estaban cometiendo, que nos atropellaban.

O pasado ano, o Diario de León facíase eco da historia de Juana e poñía cara a esta costureira galega que pasará á historia por contarnos no seu diario o golpe militar do 20 de xullo en León.

Nota: A documentación utilizada procede de AERLE e do Arquivo Militar Intermedio do Noroeste.

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